Una carcacha de carro estancado en un vertedero, en el que la única posibilidad de ida era a través de las imágenes de la sección "De Viaje" del Nuevo Día, tirado en el baúl del auto. Pietajes de películas de horror de los años 50’ entrelazadas con las más desdeñables imágenes de los medios de comunicación masiva. Un collage visual de horror, ficción, sexo y guerra, salpicado de un humor negro que causó las carcajadas de algunos espectadores. Posiblemente muchos que entraron a la Sala en ese momento no se percataron de que la quinta edición del Giratorio había comezado ya. Las imagenes estaban ahí, pero podían pasar desapercibidas o ser ignoradas fácilmente ya que no fueron proyectadas a escala de una pared, y el sonido llegaba al mismo nivel que alcanzan los viejos equipos análogos de reproducción casera. Los videos eran interrumpidos aleatoriamente por ruido blanco o baches de silencio en el que sólo podía observarse la pantalla en color azul, y a mi lado la cara de un técnico preocupado que en un principio, aparentemente, pensó que había algún problema con el equipo. Duraron alrededor de una hora, pero con la culminación de los videos dio comienzo la presentación en vivo de Sketch.
A la presentación de Sketch le siguió la de Janielsabe quien al lado de sus tornamesas y su mixer colocó una caja llena de viniles de donde sacó cortes de beats pesados, psicodelia y pop de los 80'. Entonces la Sala comenzaba a iluminarse con los visuales de Ralph Vázquez: imágenes del entorno urbano, colores neón y formas geométricas proyectadas sobre los músicos. En otras paredes se proyectaron escenas de películas como Eraserhead (1977) de David Lynch y hasta un loop del momento en que "Tipo Común" lanzó un huevo al infame gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño. La tarima esta vez estaba colocada en el centro de la Sala y las sillas desplegadas al frente y en los laterales.
Similar tocó luego. Esta banda que apenas comienza, (aunque cuenta con músicos experimentados de bandas como Tach.de e Introdujos) en su presentación de esa noche discurrió entre canciones rock al estilo del "indie" latinoamericano o español y largos pasajes de ruido (a lo Sonic Youth) que servían de transición entre canciones.
La presentación más inusual dentro de lo que siempre ha sido el Giratorio (experimentación, electrónica, rock) fue la de Brenda Hopkins, pianista y compositora y según Rafael Vega Curry, "una de nuestras jazzistas más destacadas". Esta interpretó temas de su último disco "Recuerdos de Granada" en donde fusiona el jazz con sonidos caribeños y flamencos.
Mientras, afuera, se vendía hotdogs y refrescos y en una mesa camisas com diseños hechas por artistas locales. También apareció un integrante de Juventud Crasa vendiendo cds y viniles 7" de punk.
Luego de las seis de la tarde fue el turno del noise y la experimentación sonora extrema. Todos y todas se aglomeraron en una sesión de apróximadamente una hora. En ese lapso tocaron Cornucopia con la colaboración de Robin Alicea (Shhh), luego un acto de Robin en solitario, Puntito Siniestro, Murumuro y por último Imperio invisible. Tocaron sin dejar espacios en blanco entre unos y otros.
Participaron además otras de las mejores agrupaciones locales que lamentablemente no tuve la oportunidad de ver: Matotumba bajo su nuevo alias Videotrón, la banda shoegaze Pneuma, un proyecto de la banda Tach.de llamado Jesus Christ Scientist, Un.Real, Campoformio, Los Convertibles, y Van Valentine.
Así que el Giratorio sigue variando su oferta y atreyendo más público, e incluso (después de cinco años de existencia de la actividad) la atención de los medios de conunicación masiva. Lo han logrado sin el desmedro de la calidad y el espíritu innovador que los llevó a hacer aquella primera edición del Giratorio en Arecibo.
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