A mediados de los años 90 en Puerto Rico, un fenómeno amenazó con corromper la moral que reinaba dentro de las acomodadas casas de la clase media. Por primera vez los jóvenes de los suburbios se estaban enterando de lo que pasaba más abajo, en el caserío o en la barriada sin la necesidad de tener que visitarlos.
Mexicano en los '90
Los jóvenes de más abajo, influenciados por el hip hop de los Estados Unidos y el Dance Hall de Jamaica y Panamá, crearon un nuevo género musical y empezaron a gritar desde la calle al ritmo del llamado Dembow. Desnudaron así toda la vida cotidiana que se vive en el barrio dejando atrás los eufemismos usados por la salsa vieja. De nada sirvieron los portones de acceso controlado. Poco a poco a través del esta música fueron subiendo a los hogares de las urbanizaciones las “malas palabras”, los recortes, la ropa y todo el estilo que escandalizó a la tradicional y apocalíptica familia cristiana de los años 90.
Este género musical en un principio considerado “underground” estaba dejando considerables grietas sobre el suelo estable en el que se caminaba en esos años. No era nada conveniente para la ley y el orden y el futuro de nuestra isla que el estilo de vida de la clase baja se fuera filtrando hacia los niños de colegio hijos de doctores y abogados. Tampoco convenía que las victimas del abuso policiaco contaran con un medio para denunciarlo. El estilo de distribución era a lo punk: casets caseros que se vendían en la calle, nada de disqueras ni multinacionales.
Esos casets que circulaban fuera del mercado fueron confiscados como parte de una campaña de censura que se llevo a cabo durante el primer mandato del ex gobernador Pedro Rosselló. Para la misma época se podía ver en los noticieros a jóvenes con las caras tapadas como si fueran terroristas amenazando con seguir grabando y distribuyendo sus canciones en casets.
¿Que pasó que ahora vemos a Rosselló y la gran mayoría de los políticos lanzar sus campañas al ritmo de este género tan demonizado en los 90?
¿Como pasaron de ser una amenaza social a ser el orgullo nacional que nos representa a nivel mundial?
¿Como lograron el apoyo de las disqueras multinacionales?
Los primeros en aparentemente sucumbir ante la nueva sensación fueron las disqueras que vieron la oportunidad de explotar el género como producto y enriquecerse con ellos. Según iban entrando en disqueras penetran poco apoco también en los medios de comunicación. El género siguió evolucionando y se fue adaptando cada vez más a los estándares establecidos por las disqueras y los medios de comunicación. Esta adaptación ha llegado al punto de que ya no se habla de los abusos policíacos ni de los puntos de drogas, al menos no en las canciones que se publican en la radio y televisión, pues saltaron del caserío a la mansión. De dembow a reggaetón, de raperos a regaaetoneros. Ahora cantan baladas, reggaetón romántico e inofensivo.
“¿Que es lo que pasa que raperos que eran duros hoy los veo en la tele y parecen de Menudo?”
Y así los multiplicaron y así los han usado, y muy bien que lo han hecho.
Hoy el reggaetón es una industria multimillonaria.
En un principio se vió como si las disqueras hubiesen aceptado este nuevo estilo pero al parecer fue todo una estrategia. Poco a poco las disqueras y los medios amordazaron y apaciguaron a los artistas del underground hasta que los hicieron encajar en el sistema de tal forma que ya no representan una amenaza. Ya no hay tanta diferencia entre un cantante de baladas o uno de reggaeton, entre un Luís Fonsi y un Don Omar. Y esta es una estrategia muy utilizada en nuestra sociedad para banalizar el mal y hacer así socialmente manejable y utilizables a elementos explosivos y antisociales (Marcuse, 1967). Es por eso que Rosselló salto de la macarena a al reggaetón y l@s guaynabit@s de Ricky Martin y Ednita a Wisin y Yandel, además, Los medios ya no le temen a los reggaetoneros si no que los aman y los idolatran. “Se trata de un capitalismo que opera como una especie de Terminator 2, adaptandose y metamorfoseandose continuamente e incorporando flexiblemente lo que se le opone” (Carlos Pabón, Nación Postmorten).
Perreo en Ocean, Viejo San Juan, '2007
Post-Data
Fotos de perreo por Joel Cintrón Arbasetti
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